En Tashkent los médicos y enfermeras son obligados a cultivar algodón. Pero no es una situación nueva, en el 2012 ocurrió lo mismo.
¿Por qué dejar a los pacientes para dedicarse a la agricultura?
Porque los hospitales son intimados por las autoridades del Gobierno, que cuando se ven presionadas por las denuncias sobre trabajo infantil, acuden a profesionales para realizar las tareas sobre los cultivos. Los niños así vuelven a la escuela, pero los adultos abandonan su trabajo.
La estrategia gubernamental es hacer trabajar a los profesionales en sus horas pagas como doctores, para evitar tener que contratar personal nuevo, lo que conllevaría un gasto adicional.
Estas prácticas son un vestigio de los métodos de la Unión Soviética, que le otorgó posiciones políticas a Islam Karimov, actual presidente uzbeko, desde 1983 hasta 1991, cuando Uzbekistán se declaró independiente.